GIOVANNA SPERA UNA ARQUITECTA QUE SUEÑA CON CIUDADES QUE SE HACEN REALIDAD.
Entrevista a Giovanna Victtoria Spera Velásquez.
Arquitecta Colombiana, egresada de la Universidad Pontificia Bolivariana - UPB de Medellín en 1990. Cursó estudios de Maestría en Planificación Urbana en la Facultad de Ingeniería de la Universidad La Sapienza de Roma (Italia) entre los años 1990 y 1993. En octubre del 2006 recibe el Premio Nacional de Arquitectura Leopoldo Rother de la XX Bienal de Arquitectura, en la categoría de Ordenamiento Urbano y Regional por el Proyecto “Plan Parcial Gran Manzana Simesa” en Medellín. En esta misma Bienal reciben Mención Karl Brunner en la Categoría Diseño Urbano y Paisajismo por el Proyecto “Paseo Castilla – Las Terrazas de Castilla” en Medellín. En mayo del 2009 son nominados al Premio Lápiz de Acero LPA09 en la categoría de Espacio Público por el Proyecto Urbano y Paisajismo de la Avenida Oriental, Medellín. Actualmente es asesora de la Empresa de Transporte Masivo de Medellín Metro para la formulación de las operaciones urbanas asociadas a los corredores de movilidad.
¿ Cuéntenos un poco sobre usted y su experiencia en el campo de la arquitectura?
Soy arquitecta, me gradué en el año 90 y cuando decidí hacer una maestría mirando un poco el panorama, me incliné por estudiar urbanismo por el interés que me despertaban las ciudades. Me gané una beca del gobierno italiano y me fui a estudiar Planificación Urbana a Roma. Tiempo después trabajé en una oficina de arquitectos en donde hacían proyectos de arquitectura, pero se involucraban de cierta manera con asuntos de ciudad.
Cuando regrese a Medellín había una situación particular en la ciudad, estábamos saliendo de una época de mucha violencia, y en la Universidad Pontificia Bolivariana de la cual me gradué, estaba Jorge Pérez como Decano y digamos que todo el grupo de estudiantes que iban más adelante que yo se habían involucrado en la facultad como profesores. Fue entonces donde tomamos la decisión de hacer un trabajo en conjunto para la ciudad desde la academia.
Sabemos que tienen estudios en Planificación Urbana, cuéntenos ¿Cómo definiría las planificaciones urbanísticas de Bogotá y qué retos y oportunidades considera que enfrenta con el Nuevo POT?
Sería un poco irresponsable dar mi opinión sobre Bogotá, la doy como profesional y con la mirada superficial que todavía tengo porque no he podido profundizar. Para mí no es lo mismo el conocimiento que tengo de Bogotá al que tengo de Medellín, entonces ¿Qué pienso yo como persona que viene de afuera y desde mi mirada profesional? Que es una ciudad llena de oportunidades porque tiene mucho por hacer, es una ciudad inaprensible que tiene retos interesantes, pienso que es una ciudad un poco maltratada, incluso desde el discurso o relato que tienen los profesionales sobre su ciudad; pero reconozco mucho el trabajo colectivo en lo público. Ahora, si es cierto lo que dice la nueva alcaldesa que va a revisar algunos asuntos del POT, ojalá que sea pronto porque no tiene mucho sentido que una ciudad tan grande y tan importante tenga un POT tan viejo.
¿Cómo se logra hacer una buena ciudad?
Yo creo que no hay ninguna fórmula, eso no es una receta. Las ciudades son un conjunto de variables, pero desde lo físico espacial se debe trabajar la dimensión de lo colectivo y lo público para hacer que las ciudades sean más amables y mejor vividas. Las ciudades que casi siempre admiramos cuando viajamos tienen una relación con lo colectivo y con lo público.
¿Dónde cree que se está llevando a cabo la planificación urbanística más acertada en el mundo?
Hay ejemplos maravillosos de ciudades que han hecho un esfuerzo por entender la vida de los ciudadanos como Copenhague, no solo por la fama que tienen su modo de vida, sino que también hay condiciones de proyectos y de intervenciones que son maravillosos. Además, cuando uno va a una ciudad como Nueva York y también dice “Dios mío que cantidad de cosas que pasan” es una ciudad a la cual no le importa el ciudadano, pero es una ciudad maravillosa. En Colombia también, yo encuentro que las ciudades colombianas tienen asuntos acertados y creo que en todo el mundo están haciendo esfuerzos enormes, yo cogería un collage y juntaría piezas, pero siempre resulta ser que son proyectos que están dirigidos a la colectividad, a la ciudadanía, hacer sentir mejor a la gente y a facilitarle la vida.
¿Cómo cree que influye la inmigración en una ciudad, y como se tiene que adaptar el urbanismo a estas dinámicas?
Yo creo que todo trabajo tiene un fondo de imaginación y más el trabajo que nosotros hacemos como arquitectos, ahí también quiero hacer una puntadita; la formación del arquitecto, es una formación humanista, totalmente integral que no está dirigida a un arquitecto que sabe hacer casas, pero no entiende nada de ciudad o que sabe intervenir la ciudad, pero no sabe nada de diseñar un baño. Siempre he pensado que un arquitecto debe estar capacitado para hacerlo todo, porque obviamente desarrolla el sentido espacial diferente y una percepción de las posibilidades futuras. El arquitecto imagina que puede suceder para mejorar condiciones, entonces un fondo de imaginación siempre existe, es una imaginación dirigida a solucionar problemas más que a crear un mundo de fantasías.
Teniendo en cuenta los riesgos que sufre a diario el medio ambiente ¿cómo contribuye positivamente a este fenómeno por medio de sus proyectos?
Yo creo que el medio ambiente no se puede desligar de la arquitectura, pues es la base fundamental del trabajo que uno realiza, por lo cual no lo puedo dejar de lado. Entonces, me preocupo por hacer los proyectos mirando cual es el confort que pueden ofrecer para la gente, teniendo en cuenta los extremos climáticos y diferentes aspectos para trabajar (la sombra, el manejo del agua, el ruido, la luz, la ergonomía, las alturas).
¿Qué retos y oportunidades presenta el gremio de la arquitectura en Colombia?
Muchísimos, tiene unos retos enormes, unos retos que además surgen de los reclamos de este país, de compartir un poco entre todas las posibilidades. La arquitectura tiene un rol importante al transmitir alegría por medio de la belleza y del manejo de los materiales. Además, debe ser una arquitectura sólida, permanente, una arquitectura que respetuosa con la economía de un país que de todas maneras es precario; comprendiendo el reto de dar soluciones para todos.
En temas más específicos, la vivienda es un gran reto en Colombia, el urbanismo también lo es, hacer ciudades influyentes, ofrecer espacios para todos, generar armonía con los espacios… Yo creo que en Colombia nuestra labor tiene todos los retos posibles y eso lo hace más interesante porque donde está todo solucionado no es tan apasionante el desarrollo de nuestra profesión. Finalmente, considero que es un reto muy importante para las escuelas de arquitectura dar herramientas útiles a los futuros profesionales que estén alineadas a las necesidades actuales y futuras de nuestro país.
¿Qué significan para usted los premios y reconocimientos que ha recibido a lo largo de su proceso como arquitecta?
Pues es una satisfacción, siempre será una satisfacción que miren el trabajo que uno hace, que lo entiendan y lo valoren.
¿Qué invitación haría a los arquitectos, urbanistas y ciudadanos del país?
La invitación que hago es que la arquitectura es algo que todos debemos entender, comprender, compartir y que los ciudadanos deben involucrarse más. Mi llamado a los arquitectos y urbanistas es a seguir preguntándose que necesita la gente, a tratar de solucionar esos problemas de la mejor manera, educar y formar a las comunidades para que sepan recibir lo que se les entrega.