Entrevista a: María Elvira Madriñán Saa

ENTREVISTA A: MARÍA ELVIRA MADRIÑÁN SAA

¿Cómo se define así misma María Elvira Madriñán?

Soy ante todo una persona sensible, apasionada serena y silenciosa que se deja deslumbrar con las cosas sencillas de la vida, que goza con el sol y los reflejos y así con todas las maravillas de la naturaleza.

Estudié arquitectura, en la Universidad de los Andes, pues sentía una especial fascinación por las ciudades y el poder transformador que ejercen sobre la calidad de vida de la gente, y quise formar parte activa de esa gran creación colectiva, aportando mi entusiasmo y capacidad creativa.

Amante de la naturaleza y su magia, profundicé en el conocimiento de la vegetación y temas medio ambientales con una pasión desenfrenada.

Recorrí paisajes, caminé bosques, descubrí entornos hasta entender sus misterios.  Con el tiempo, descubrí que tengo “pulgar verde”, como llaman a las personas con un don especial para el cuidado de las plantas, y volví mi apartamento un laboratorio y un invernadero, no había semilla que escapara a mis manos, y así, día a día, a medida que germinaban y crecían las nuevas plantas, entraban a formar parte de mi apreciado jardín, que se convierte en la memoria de mis andares.

Adicionalmente, mis conocimientos sobre botánica me llevaron a ser Subdirectora Científica del Jardín Botánico José Celestino Mutis en Bogotá, lugar amado, donde pude profundizar sobre temas botánicos, ecológicos y ambientales, aprender sobre nuestros ecosistemas, su riqueza y fragilidad.  Conocimiento que en adelante se verían aplicados en los proyectos que desarrollamos.

Con Rogelio, mi esposo, creamos la Sociedad Rogelio Salmona S.A. en 1987, y juntos trabajamos en los proyectos que se realizaron desde esa época hasta el 2007. Después de su fallecimiento, seguí adelante con la Sociedad, dando continuidad a las ideas que iniciamos juntos, imprimiéndoles nuevos aires que dejan percibir la mano de quien los inspira.

¿Qué significa para usted arquitectura?

Para mí, la arquitectura es un oficio con el cual respondemos de manera sensible a las necesidades y anhelos de una sociedad; pero también, es una herramienta a través de la cual plasmamos nuestra imaginación y nuestros pensamientos para crear lugares para la vida, llenos de encanto y poesía.

La arquitectura es sobre todo un ejercicio íntimo, personal, casi desgarrador, resultado de un largo camino en busca de lo esencial, apoyado en la historia, para hacer presente nuestro tiempo, nuestra realidad, y proponer respuestas a las necesidades de la sociedad, a sus esperanzas e ilusiones, sin desconocer las voces de otras épocas que reposan silenciosas dentro de nosotros, en nuestras ciudades, en nuestros recuerdos y en nuestra cultura.

¿Qué la llevó a sentir un gran interés por temas ambientales, de paisajismo y botánica?

Soy una campesina de corazón, viví mi infancia rodeada de naturaleza en las montañas del Valle del Cauca y sin duda, desde esa época establecí vínculos tan estrechos con ella, que me han acompañado por siempre.

Después de estudiar arquitectura sentí la necesidad de profundizar en temas ambientales y de paisaje, lo que me llevó a estudiar botánica, para aprender sobre la vegetación desde el punto de vista científico y a interesarme por temas ecológicos y medio ambientales, fundamentales para integrar la arquitectura con el entorno y el paisaje.

El conocimiento de la flora me ha permitido crear los paisajes que acompañan los proyectos e imprimirles un carácter particular, que hablan muchos y diversos lenguajes, y que, al recorrerlos, despiertan sentimientos de armonía, esperanza y regocijo.

El paisaje, contemplado como un hecho de conocimiento y transformación de la naturaleza, es uno de los aspectos más representativos en las obras que hemos realizado en el estudio --Rogelio Salmona S.A.-- Podría decir que nuestros paisajes, reflejan, a la vez, la cultura de nuestra sociedad y de nuestra América: exuberante y salvaje.

¿Qué aspectos considera son los más importantes en la creación arquitectónica y cómo éstos inciden en la ciudad?

La arquitectura, considerada como un arte, con una utilidad social fundamental, es la creadora de los espacios para la vida y las actividades humanas, al tiempo que se encarga de definir el carácter y la fisionomía de las ciudades.

Si bien la arquitectura es un espacio abierto a la creatividad y la sensibilidad humana, lleva implícito un lugar, su asiento geográfico: su territorio; ésta no puede insertarse como un hecho aislado, sino que debe establecer relaciones con los entornos inmediatos, su contexto socio cultural, e histórico y respetar las tradiciones urbanas, para formar parte del lugar.

La arquitectura interviene en la construcción de ciudad, al tiempo que propone soluciones que contribuyen a mejorar las condiciones de habitabilidad de sus habitantes y propicia espacios donde se genera vida ciudadana, permitiendo que los valores de la cultura existente permanezcan vivos, y se sigan reconociendo en el lugar, para evitar que la memoria de nuestras ciudades desaparezca.

¿Cómo define la arquitectura y obra de Rogelio Salmona, a quien acompañó como colega y socia en muchos de sus proyectos emblemáticos?

Para mí la arquitectura de Rogelio tiene un halo de frescura y de misterio. Creada sobre bases sólidas, y arraigada en raíces latinoamericanas, es el resultado de una indagación continua, plasmada, proyecto a proyecto, durante toda una vida.

Salmona creó un lenguaje propio con la austeridad de nobles materiales:  como ladrillo y concreto, sin tener en cuenta modas, ni veleidades.

Su arquitectura es tan recia como la roca, y tan alegre, que canta,le canta, con el agua,  la luz y a las penumbras, a los brillos y reflejos, que invaden los espacios creando con sus luces sutiles sinfonías.

Anclada en la tierra, silenciosa y discreta, dialoga sutilmente con la geografía, resalta su belleza con la geometría, abre ventanales y grandes tragaluces para que el paisaje se integre a la vida.

Rigurosa, intensa, sin alardes, desnuda, sin excesos, sin tiempo, ni pretensiones. Al tiempo que pletórica, exuberante, desbordada en lo público, crea espacios abiertos, con magia y poesía, que propician encuentros, congregan, hacen ciudad y celebran la vida

Háblenos de su reciente proyecto el Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona de la Universidad de Caldas. ¿Cómo fue llevado a cabo? ¿Qué retos puede mencionarnos?

El proyecto del Centro Cultural tuvo un proceso de muchos años, inició en 2004, y la primera etapa se culminó en abril de 2018, después de superar todas las vicisitudes que se fuero presentando en el camino.

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Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona, Universidad de Caldas

Foto: Enrique Guzmán

Está compuesto por un amplio programa: biblioteca, centro de ciencias, auditorios, sala de exposiciones, cafeterías, conservatorio, teatro y servicios complementarios para la biblioteca y el teatro, con el cual se promueve la innovación, la investigación y el aprendizaje a través de nuevas tecnologías y artes visuales, al tiempo que ofrece lugares para investigación e integración social a escala metropolitana y regional, que potencian la vida cultural de la región.

Me centraré en los retos a los que me enfrenté y las enseñanzas que quedan, después de haber culminado el proyecto.

RETOS:

  • Mantener el espíritu del anteproyecto inicial

El primer reto al cual me enfrenté durante el proceso de diseño fue el de mantener, a toda costa, el espíritu del anteproyecto inicial (2004), pues en el proceso (2007), la universidad hizo modificaciones considerables al programa, para hacer viable el proyecto, lo que implicaba hacer cambios considerables en el diseño.

Esa fue una labor minuciosa, casi de cirugía, que obligaba a actuar con sensibilidad, pero también con respeto y libertad, para poder responder a los nuevos requerimientos, sin ataduras, necesario para que el proyecto encontrara su propia identidad.

  • Conservar una tradición.

Un gran reto, o más bien una osadía, fue pensar en un proyecto construido en concreto ocre a la vista y ladrillo, en una región donde no existía tradición del uso de esos materiales. Lo fundamental era entonces hacer escuela, y saber transmitir el conocimiento adquirido sobre el uso de ellos para garantizar óptimos resultados.

Era necesario enseñar a utilizar el concreto y el ladrillo a la manera que lo hacíamos nosotros, para ello llevamos manos expertas, personas que se habían formado a nuestro lado, con la misión de formar a un nuevo equipo, al tiempo que realizaban su labor. Al poco tiempo los nuevos obreros aprendieron el oficio y replicaron sus enseñanzas a todo el equipo. De esa manera logramos que se transmitiera el saber hacer y garantizamos la permanencia de tan bella tradición en una región que la desconocía.

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Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona, Universidad de Caldas

Imagen: Cortesía Estudio Rogelio Salmona S.A.

  • Poner en valor el patrimonio inmaterial asociado a los oficios

Con las enseñanzas transmitidas en la obra, se abrieron las puertas a nuevas exploraciones asociadas con esos oficios, además de valorar la importancia de la mano de obra y la tradición.

En el edificio del Centro Cultural se incorporaron técnicas contemporáneas de construcción que buscaban la innovación, al tiempo que se resaltaba la importancia de la mano de obra, la versatilidad y riqueza de materiales como el concreto y el ladrillo y la importancia de la artesanía, pues podría decir que el proyecto es una gran obra de artesanía.

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Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona, Universidad de Caldas

Foto: Enrique Guzmán

Teniendo en cuenta las diversas publicaciones y escritos que ha realizado, ¿cuál considera como una de las más significativas y por qué?

Difícil pregunta, y no creo ser la persona indicada para decir cuál de los textos escritos por mí, es el más significativo.

Solo puedo decir que mis textos salen del alma, y expresan lo más profundo de mis sentimientos, hablan de arquitecturas, de paisajes y recuerdos. Escribir para mí, siendo una persona tímida y de pocas palabras, es una liberación, un diálogo íntimo y silencioso, en el que aflora la experiencia acumulada durante años de trabajo y de reflexión, pero también los afectos, los anhelos y las vivencias

Vale la pena mencionar que empecé a escribir tarde en tiempo, casi por obligación. Fui invitada en representación de Rogelio, a los pocos meses de su fallecimiento, a un evento en el que celebrarían los 20 años de la creación del programa para América Latina, de la Junta de Andalucía, para lo cual era necesario preparar una ponencia. Escribirla fue para mí uno de los momentos más difíciles que recuerdo, pues con el dolor de la pérdida a flor de piel, las palabras apropiadas para el tema no llegaban. Hasta el momento en que decidí hacerle un homenaje silencioso al compañero de la vida y a través de mis palabras, reconocer a ese hombre y develar su obra en otras latitudes.

Para mi sorpresa, después de mi presentación, uno de los presentes en el evento, el historiador cubano Eusebio Leal, director del programa de restauración de la Habana vieja, quien a su vez dirigía la revista Opus Habana, me solicitó el texto para ser publicado en la nueva edición de su revista (Vol. XI / No. 2 nov. 2007/abr. 2008). El artículo lo titulé, “Una mirada personal sobre el arquitecto Rogelio Salmona”. Ese fue mi primer escrito y también mi primera publicación.

Cuéntenos un poco sobre la Fundación Rogelio Salmona y su experiencia como Presidente de su Junta Directiva.

La Fundación se creó en 2009, con el interés de preservar y divulgar la obra y el pensamiento de Rogelio Salmona. Pensamos que era una manera de rendirle un homenaje permanente.

Nuestra misión es:

  • Conservar: el archivo y obra del arquitecto.
  • Re-Crear: mantener vigentes su pensamiento y enseñanzas.
  • Incidir: en la creación y defensa del espacio común mediante la gestión de una arquitectura respetuosa de la ciudad y de su contexto sociocultural, histórico y geográfico contribuyendo decisivamente al mejoramiento de la calidad de vida y construcción del tejido social

La Fundación es la casa de estudiantes, docentes, arquitectos e investigadores interesados en la arquitectura, el espacio público y la ciudad.

Han sido 10 años de compromiso, de trabajo incansable de las personas que hemos formado parte activa de las juntas directivas y de los diferentes comités, con el apoyo y la gestión de la coordinadora ejecutiva, que hemos logrado excelentes resultados de los cuales nos sentimos muy orgullosos, y queremos compartir:

Conservar

  • Documentos conservados y catalogados: 12.200
  • Documentos escaneados en alta resolución: 800

Re-Crear

  • Estudiantes atendidos presencialmente: más de 1.300
  • Estudiantes recibidos en práctica: 32
  • Investigadores de maestría y doctorado atendidos: 15 Becarios Rogelio Salmona Fellowship: 3
  • Visitas Guiadas culturales y arquitectónicas por obras de Rogelio Salmona en Bogotá: más de 100 visitas y más de 1.800 visitantes.
  • Realización y presentación de muestras de la obra de Rogelio Salmona en   escenarios nacionales e internacionales: más de 10 exposiciones
  • Jornadas de Arquitectura, conferencias y conversatorios con invitados nacionales e internacionales: una cada año, en total 10.

 Incidir

  • Tres ciclos del Premio Latinoamericano de arquitectura: Rogelio Salmona: espacios abiertos/espacios colectivos.
  • Publicación de los libros de los tres ciclos del Premio, que se constituyen en la memoria de tan importante iniciativa.
  • Valoración y protección del conjunto de la obra.
  • Seguimiento al estado de conservación de la obra.

En este tiempo, hemos recibido visitantes y estudiantes de muchas regiones de Colombia y del exterior, que buscan acercarse a la obra, recorrer sus espacios, detenerse en ellos, sin prisa, sin tiempo, sin presiones, para sentir las emociones que puede generar la arquitectura.

¿Qué mensaje le puede enviar a los estudiantes de arquitectura, próximos a graduarse y que serán el futuro de la profesión en el país?

Consciente de la responsabilidad que recae sobre las nuevas generaciones, las invito a que dediquen mucho tiempo a reflexionar, a decantar las ideas para que cada proyecto que hagan sea una respuesta a sus búsquedas e inquietudes personales, llenas de significados y valores propios, sin olvidar que deben partir del conocimiento y el respeto de la historia y las tradiciones socio culturales de cada lugar.

No olvidar que el proyecto debe establecer relaciones con el territorio y el contexto inmediato para que forme parte del él, para que sea apropiado por la comunidad, teniendo siempre presente que el acto fundamental de la existencia humana es el habitar, este aspecto debe estar por encima de cualquier otra consideración en el proyecto.

Es importante tener en cuenta que la arquitectura es el reflejo del espíritu del arquitecto, y con ella debemos plasmar sueños y crear mundos para hacer felices a sus moradores.

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Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona, Universidad de Caldas.

Foto: Enrique Guzmán.