El nuevo POT de Bogotá:
Reflexiones, apreciaciones y retos frente a la nueva carta de navegación de la ciudad.
Mucho se ha hablado del POT que acaba de entrar al CONCEJO de BOGOTÁ, Lo primero que habría que decir es que al alcalde de turno ENRIQUE PEÑALOSA, le corresponde por ley y por democracia hacerlo, pues ganó las elecciones y es su deber trazar el rumbo de la ciudad para los siguientes 12 años, tiempo corto pues bien debería ser por lo menos 20, 30 o 50 años como hacen en las principales ciudades del mundo.
De aquí habría que acotar que el nuevo POT, contaría con un comité de seguimiento y vigilancia permanente. Herramienta de control y seguimiento con la que no contaba el pasado POT y es vital para que la ciudad se desarrolle como debe ser, ordenada, técnica y lejos del vaivén de la contienda electoral.
La SCA BC se ha reunido en varias ocasiones con los directores del POT y la Secretaría Distrital de Planeación; también con la SMO y la SCI e incluso Camacol, para discutir y reflexionar frente a los retos que traerá consigo esta nueva ruta para la ciudad. Además hemos radicado nuestras observaciones técnicas en su momento a la SDP, con el fin de poder aportar a la construcción colectiva del POT y no caer en prácticas poco constructivas, que al final terminando perjudicando solo a Bogotá y sus habitantes.
Después de muchas reuniones, consultas y debates con nuestra Junta Directiva y la Comisión Ciudad Región de nuestra SCABC, conformada por expertos en urbanismo, consideramos importante y relevante que la ciudad tenga una carta de navegación, por lo cual en términos generales damos nuestro aval al POT 2019, condicionado a una serie de ajustes que todavía se deben dar. Por consiguiente, estaremos muy cercanos a la administración, a los debates y escenarios, para hacer las recomendaciones pertinentes, siempre con un talante técnico y académico; y así mismo, dar apoyo interinstitucional entre los actores involucrados.
También es importante resaltar que la ciudad no puede seguir sin plan maestro, atrayendo más zozobra donde ya hay bastante, al debatir sin concluir y destruir sin aportar. Es importante creer, apoyar la democracia y a nuestras instituciones para salir adelante.
Construir sobre lo construido, llegar a acuerdos rápidamente y ponernos a trabajar activamente en la ciudad que todos necesitamos y queremos.
Criticar es fácil, construir es difícil, pero muy necesario para la sociedad a la que aspiramos.
Vemos los siguientes puntos positivos del POT:
• Le da gran importancia al transporte público.
• Sienta un precedente urbanístico para la reducción de nuestra dependencia del vehículo particular al reducir la exigencia del número de parqueos en nuevos desarrollos.
• Incluye y mejora los modos alternativos de transporte, como la bicicleta.
• Está previsto en sus objetivos una re-arborización de la ciudad.
• Se preocupa por proteger el territorio de nuevas invasiones urbanísticas.
• Lograr que la ciudadanía crezca bien donde está creciendo desordenadamente.
• Propone un reciclaje de la ciudad construida.
• Plan manzana, diseño integral.
• Manual de calles, diseño integral.
• Primeros pisos vivos y activos, lo cual le devuelve seguridad y vitalidad a la ciudad. Mezcla de usos, condicionada y con salvaguardas. Podría reducir el consumo de energía al aumentar la autonomía local.
• Hace viable proyectos integrales y vinculantes de gran escala que necesita la ciudad.
Vemos puntos a mejorar del POT:
• Estos acuerdos requieren de una mejor participación en su desarrollo, es decir, crear procesos de planeación participativa con los habitantes de cada zona, en miras de generar un desarrollo equilibrado a través de: 1) Estructuración regional-metropolitana, 2) Renovación urbana, y 3) Expansión urbana.
• Vincular realmente el territorio de la sabana, de ahí se deriva su nombre Plan de Ordenamiento Territorial. Para esto es necesario, dejar instrumentos de gestión interinstitucional para vincular las autoridades regionales y nacionales, como la Gobernación de Cundinamarca, la CAR o el Departamento Nacional de Planeación.
• Profundizar en los proyectos de movilidad regional pública y privada. La región Bogotá-Sabana, necesita pensarse de manera integral con proyectos estratégicos como una nueva red de trenes de cercanías para la Sabana. Así mismo, es necesario mejorar la eficiencia de la movilidad de la infraestructura vial que conecta Bogotá con la región inmediata.
• Se podría pensar en dejar previsto un nuevo estudio de transporte regional que conecte al Distrito con sus vecinos, y se podría coordinar a través de una nueva autoridad que la gestione.
• Falta una coordinación integral con los vecinos acerca del modelo de ciudad-región propuesto, el cual le apuesta a la optimización del aprovechamiento del suelo en la Sabana.
• Aportar una renovación urbana integral. Tarea más difícil pero necesaria. Encontrar acuerdos y cooperación mutua.
• Fortalecer el ADN de los barrios, para que recuperen su autonomía, identidad y fuerza.
• Generar en proyectos piloto, con oficinas de gerencia integral que tengan competencias normativas sobre estos proyectos para lograr un urbanismo homogéneo y diseñado. (Deberíamos empezar por estos proyectos con el nuevo POT para canalizar esfuerzo e ir midiendo resultados.)
• Mejorar el equilibrio y repartición en la ciudad de sus parques, corredores verdes, fuentes hídricas. (Lograr nuevas conexiones) Temas como calidad del aire, islas de calor, retención de agua lluvia de manera natural, son vitales para una ciudad que afrenta el cambio climático y la sostenibilidad integral de la misma.
• No solo son estructurantes en la ciudad los proyectos de infraestructura de movilidad, si bien garantizan la viabilidad del corredor, hay otras maneras de vincular la ciudadanía a través de sus parques, alamedas o ríos, y reintegrarlos a la ciudad a través de nuevos parques lineales, que amarren todo el sistema verde existente.
• La renovación a lo largo del sistema de transporte, debería pensarse para que al mismo tiempo que hay re-densificación, se aproveche la oportunidad para generar nuevo espacio público.
• Las áreas de expansión urbana deberían estar condicionadas a etapas de desarrollo. Así se optimizan recursos y esfuerzos en términos de infraestructura urbana.
• Las nuevas áreas habilitadas, deberían garantizar en el tiempo, la permanencia o mejoramiento de estructuras regionales ambientales de mayor jerarquía, para que la sostenibilidad ambiental del conglomerado urbano-regional sea adecuada.
• La ciudad se creció, quizás es hora de tener por alcaldías locales, unidades zonales de planeación urbana, con cierta autonomía y recursos para interactuar en el diseño urbanístico de los barrios. Problemas de empates, usos, pequeños giros en U, peatonalización de ciertas vías, control ambiental y cuidado de los barrios.
Hay que buscar un equilibro entre la expansión y la renovación de sus centralidades, desarrollando proyectos de ciudad de diferentes escalas, grandes, medias y pequeñas, para diferentes actores. Alrededor de un espacio público consolidado.
Reflexiones y extractos realizados por:
Arq. Mauricio Rojas – Presidente SCA BC
Arq. Álvaro Suárez – Vicepresidente SCA BC
Integrantes de la Comisión Ciudad Región de la SCA BC